Siembra

Lectura de la Biblia

Lucas 8.4-15

Versículo clave

«Aquellos que con lágrimas siembran con alegría cosecharán.»

Salmos 126.6

Vivo en un pequeño pueblo en la región de Galicia, noroeste de España, dónde es común ver cualquier tierra utilizada para la siembra. Y en este momento donde todos estamos pasando de aislamiento social, la gente ha usado ese tiempo para sembrar. Hace poco, un informe español se refería exactamente a esto, como la gente de las ciudades, confinada en sus apartamentos, anhelaba en ese momento poder vivir en los pueblos. Sin embargo, todos pueden y tiene dónde sembrar.

Es lo que nos enseña este tiempo, que es hora de cuidar y valorar lo que es importante. Mientras algunos siembran fuera, otros son llamados a sembrar dentro.

Que tú logres reconocer la tierra que está cerca de ti y así sentirse animado a trabajar en ella, las cosas sean fáciles o no. Después de todo, vale la pena. Aún que ahora salga caminando y llorando, mientras siembra, ¡volverá con alegría trayendo su cosecha!

Que aprendamos con Jesucristo lo que nos ha enseñado con la parábola del sembrador. A ver el corazón del hombre como la tierra. A entender esto bien como David, al escribir salmos 128.3, cuando dijo que, tu esposa, en el interior de tu casa, será como la vid que lleva fruto; sus hijos como plantas del olivo, alrededor de tu mesa. Y si las plantas necesitan cuidado para florecer, lo mismo pasa con cada uno de nosotros. ¡Que el retrato de nuestra familia sea como ese, lleno de vida!

Que mirando nuestros hogares como un campo fértil, tengamos el valor y la disposición para hacer lo que sea necesario para eso. Sea servir, perdonar, jugar, enseñar, ser paciente o más amable…

Así podríamos ver cómo el reino de Dios se asemeja, como descrito en el evangelio de Marcos 4.26. Como el acto de sembrar siendo una manifestación de Su Reino.

¡Confinado en casa o no, siembra en su casa usted también!

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